viernes, 21 de octubre de 2011

Capitulo 3 Der Mond Satans

Capitulo 3

Noticia de última hora – Las fuentes policiales indican lo que temíamos la extraña enfermedad que ataca a tanto humanos, como otras creaturas; esta infectando a gran parte de la población de Raccoon City-

-Hoy en la madrugada un gran conglomerado de infectados por esa enfermedad, que algunos expertos médicos del hospital de Raccoon asocian con la rabia debido a la agresividad con la que actúan los infectados, ataco la comandancia de policías dañando su equipo de comunicación, ya es el segundo atentado contra la comandancia de policías en este mes, no se confirman víctimas fatales hasta el momento según informes extra oficiales. Sin embargo por motivo de los atentados no se puede recurrir a las autoridades por ningún medio de comunicación que no sea un canal de emergencias radial. Gracias a esto la policía ha dicho que para cualquier percance que pudiera sufrir la población no es necesario viajar por la ciudad hasta la comisaria, se deben quedar en sus hogares y si son infectados aíslen a esa persona o aléjense de ella lo antes posible, no la lleven al hospital de Raccoon ya que este está saturado de pacientes infectados y con altas probabilidades de dañar a otras personas- En la estación de radio de Raccoon se intentaba hacer un esfuerzo sobre humano para mantener al tanto a la población, no obstante sus reporteros disminuían a cada segundo, muchos de ellos desertaban o eran atacados por las personas que intentaban entrevistar.

-Noticia de último momento la corporación Umbrella baluarte del progreso de la ciudad a decidido enviar refuerzos a la policía para contener la infección, como compañía farmacéutica que son han respondido a la emergencia virológica que sufre nuestra amada ciudad. Las autoridades de la corporación han expresado su preocupación para con nosotros, los civiles y también en solidarizarían con nuestros cuerpos de socorro… ¡Gracias Umbrella!- Era increíble escuchar tales habladurías por la radio, pero claro, las personas de la ciudad en estos momentos necesitaban algo en que creer, mientras tantos yo he esperado pacientemente a que todo se saliera de las manos, la burla que la corporación la había tendido a toda esta gente era un gran teatro… no me explico cómo lograron invisibilidad tan bien el percance hasta que fue incontrolable. Estoy consciente que yo desde que arribe a la ciudad el 6 de setiembre de 1998 fui parte de ese encubrimiento, buscando y matando a los infectados, pero se propagaban como ratas… literalmente.

No fue así desde un inicio, por motivos que aun no me explico primeramente la infección se dio de humano a humano, si se tiene en cuenta que todo estuvo muy por debajo de la opinión pública por más de 20 días sin tomar en cuenta algunos activistas avispados que deambulaban las calles de noche queriendo obtener respuesta del porque desaparecían algunos de sus familiares sin razón aparente. En algunos casos esos entrometidos tuvieron el infortunio de encontrar a sus parientes, pero en otros yo fui quien los encontró… no fue en un buen final en ninguno de ambos casos para estos paisanos aventureros y deseosos de un misterio a lo novela policiaca, pobre diablos.

-Se le informa a todos los habitantes que no deben de entrar en pánico, nuestro gobierno está al tanto de lo que sucede y han decidido colocar un cerco de control en las afueras de la ciudad, para que la infección no se propague. Es por tal motivo que insistimos que se debe de detener conciencia y no salir de sus hogares a menos que sea estrictamente necesario. Tenemos un dato de último momento, la corporación Umbrella nos bendecirá con un grupo expedicionario que llegara hoy mismo a la ciudad, debemos dar por sentado que este infierno acaba hoy….-

La transmisión fue interrumpida por el grito de la locutora, luego solo pude escuchar como gritaba los nombres de sus compañeros y minutos después el sonido de la puerta de la sala de grabación rompiéndose fue la señal que la infección ya había llegado a niveles críticos… si podían tomar todo in edificio radial y comerse a la locutora de una radio emisora sin problemas la ciudad estaba condenada, ya no hay nadie que puede detener esta locura. Los gritos y sonidos guturales que salen de la radio no esconden ese sentimiento que me rodea, la ciudad está llena de infectados de todo tipo; no solo son zombis, hay perros, ratas, insectos y otras creaturas que no tendrían razón de ser si no fuera por Umbrella.

Ellos, todos ellos saben que estoy aquí, pueden sentirme como yo a ellos, con todo hay demasiada comida como para que se interesen en mí, mientras esto siga así yo podre esperarla a ella. Estoy sujeto a esta ciudad y esa amable joven que por alguna razón da su vida por un desconocido a pesar de todo lo que ha visto que he sido capaz de hacer, ella es una persona ejemplar y merece seguir viviendo una vida alejada de todo esto, aun así no lo hace porque sabe que la necesitan…

Mientras tanto corriendo por la zona residencial, un policía de la RPD estaba atónito ante la situación, a donde quiera que viese solo podía ver gente comiéndose unas a otras, mientras que otros corrían despavoridos y eran apuñalados frente a él por otros sujetos que intentaban robarles. No se podía permitir tal cosa, Rick había jurado algo el día en que su esposa lo había dejado después de la muerte de su hijo Tommy, nunca abandonaría a nadie que lo necesitara, nunca más abandonaría a nadie que pudiera tener una oportunidad de seguir viviendo…

Sea como sea, con o sin arma Rick Johnson tomo cartas en el asunto. – ¡Oye tu! ¿Qué crees que haces?- grito Rick antes de tomar la mano del sujeto que acababa de apuñalar a un hombre hacia unos instantes frente a él. El sujeto forcejeo con Rick, pero gracias a su entrenamiento el agente del departamento de policía logro inmovilizar a tipo y quitarle el cuchillo de casería que llevaba.

-Dame esa arma hermano la necesito para defenderme- Dijo el hombre que estaba boca abajo contra el suelo, mientras Rick esposaba sus manos. – Esta ciudad está loca hermano, necesito mi arma hermano- Rick hacia oídos sordos a las palabras del sujeto, su asentó era el típico del delincuente juvenil de los barrios bajos de la ciudad, no le extrañaría que utilizara la propagación de la enfermedad como una escusa para asaltar y matar gente, así son esas personas. Johnson se levanto y corrió al otro lado de la calle para ver a su compañera de piso Vanessa que estaba tirada al otro lado de la calle, el policía sabía que no debía esperar mucho después la caída y la herida en el hombro que como podía ver gracias al enorme charco de sangre que rodeaba al cuerpo de Vanessa. Al acercarse vio al sujeto que la había atacado con la cabeza despedaza, era irreconocible.

Rick sujeto a Vanessa entre sus brazos y la sostuvo como había sostenido a su hijo aquel fatídico día - lo siento Vanessa no fui capaz de ayudarte a tiempo- El oficial movía la cabeza en pena de un lado al otro conteniéndose para no derramar ninguna lagrima por aquella que había sido como su hermano desde que comenzó a vivir solo en la ciudad luego que su esposa lo abandonara. Vanessa tenía su pie derecho roto en varias partes, incluso tenia huesos sobre salidos y en su hombro izquierdo y casi toda la parte superior de su pecho destrozada y en carne viva hasta podía ver sus costillas. –Pobre Vanessa no te merecías una muerte así, llamare a la comandancia y te llevaremos la morgue, te prometo darte una sepultura como la mereces- Rick había descuidado al sujeto que había esposado, que aprovechó mientras el oficial estaba lamentándose por la muerte de su vecina para levantarse, mientras caminaba sigilosamente el delincuente paso junto al sujeto que el suponía había matado para robarle la billetera, pero justo cuando él estuvo junto a supuesto cadáver de aquel hombre, éste tomó la pierna del delincuente y la mordió tan fuerte mente que llego hasta el hueso.

En ese mismo instante el delincuente grito despavoridamente y cayó al suelo – ¡Ayúdame hermano, este tipo se volvió loco, dame mi cuchillo!- Rick se sobresalto al escuchar el grito de aquel hombre y se volteo para ver que estaba pasando, en efecto cuando se volteo pudo ver como el tipo que acababa de esposar estaba siendo atacado por aquel que había sido apuñalado pocos minutos antes. Rick no podía creer lo que veía por lo que quedo en shock por algunos segundos, el sujeto que él había visto morir por una puñalada ahora estaba devorando vivo a su propio asesino, era una mala ironía. Rick tenía el chuchillo de casería junto a él, pero cuando intento recogerlo sorprendentemente vio como Vanessa había los ojos, de forma que pudo ver sus pupilas descoloridas y también vio como daba algunos espasmos en todo su cuerpo. Levantándose de inmediato y sujetando el cuchillo que tenía a sus pies el oficial no podía creer lo que veían sus ojos… ¡Vanessa estaba volviendo a la vida, se movía después de muerta!

La que había sido su vecina por algunos años, murió frente a él y ahora de la misma manera volvía a moverse. Ella estaba produciendo algunos sonidos guturales, mientras unos líquidos negruzcos salían de sus heridas, era sangre coagulada, su boca se había llenado de esta sustancia también y se derramaba mientras ella intentaba levantarse. Rick retrocedió algunos pasos y volteo a ver al detenido que ahora estaba muerto y siendo devorado por su víctima, sin perder ni un segundo volteo una vez más a ver a Vanessa quien se encontraba de pie, pero al intentar dar un paso se cayó al suelo de cara sin siquiera intentar amortiguar la caída con sus brazos. El oficial estaba demasiado impactado para decir cualquier cosa, lo que él había sospechado días atrás era cierto; quienes atacaban la ciudad desde hacia meses matando a varias personas y devorándolas eran zombis… tal… tal y como también les habían advertido los miembros de STARS antes de ser suspendidos… todo este tiempo ellos habían tenido la razón.

Mientras Rick Johnson pensaban en todo lo que había sucedido, Vanessa tomo la pierna de este, pero casi instintivamente, Rick sin pensarlo sujeto el chuchillo fuertemente y comenzó a dar cortadas en el brazo de Vanessa casi arrancándoselo, pero aquel cuchillo no podía cortar hueso, mas si consiguió que le soltara.

Rick retrocedió hasta esta en medio de la carretera desde donde puedo observar como desde los callejones aledaños más de esas creaturas aparecían, zombis por doquier. El oficial no estaba muy seguro de lo que debía hacer hasta en ese momento, todo estaba pasando demasiado rápido, antes de quedar rodeado el policía escapo en dirección norte hacia la estación de policías en ese lugar podría al menos conseguir un arma.

Aquellos momentos en los que corría por las calles de la ciudad hacia el departamento, todo parecía haber cambiado en solo unas horas, y pensar que tan solo aquella madrugada había vuelto caminando a su apartamento luego del incidente y ahora lucia como si viajara por un lugar totalmente desconocido. Para su suerte vivía cerca de la estación y rápidamente estaba en Ennerdale St. la carretera que cruzaba frente a la estación de policías. Una vez ahí Rick corrió hacia la estación y vio a sus compañeros colocando una barricada de paneles metálicos anti-disturbios a los lados de la carretera, mientras que otros disparaban a los zombis que se acercaban. Las personas no infectabas hacían una gran presión, pero los oficiales no les permitían entrar, Rick se acerco rápidamente he intento entrar en medio de la multitud.

-¡Háganse a un lado soy policía, déjenme pasar!- Gritaba Rick, quien después de unos minutos logro atravesar la multitud y se encontró delante de unas vallas dividirías de las que utilizaban para regular el transito ahí vio a su compañero Marco. –¡Aquí Marco, soy yo Johnson, lamento haber llegado tarde, me he quedado dormido!- Marco su compañero lo vio de inmediato y le hizo atravesar la barricada, pero muchos más intentaron cruzar también, aun así no les permitieron entrar.

-¡Oye cabrón pensamos que estabas muerto, suspendimos hasta mañana la contra ofensiva debido a que los equipos de Umbrella no llegarían sino hasta mañana, por lo que decidimos movilizar al grueso de nuestras fuerzas a otro lugar, te lo has perdido, te han dejado atrás y no podemos revelarte la ubicación. De todas maneras te necesitamos aquí con nosotros, mira esta situación, la comandancia no da abasto, ve en intenta ayudar en algo- Marco luego de dicho aquello continuo cuidando de la barricada que parecía sedería en cualquier instante. Rick no podía creer lo que le acababan de decir, lo habían dejado atrás, una vez más su reloj lo había traicionado apenas hacia principios de año había perdido la oportunidad de participar en las pruebas para lograr ser parte de los STARS de la ciudad y no puedo conseguir el puesto debido a que se había quedado dormido, en su lugar habían escogido a una chica recluta con título universitario, esa tal Rebecca, para quien tomo un cierto odio debido a su propio descuido.

El oficial Rick se abría paso entre la multitud mientras que pensaba en como la recluta y los demás miembros siempre habían tenido la razón, seguramente si él hubiera estado con ellos en aquel momento del incidente en Arklay las cosas pudieran haber sido distintas y muchos de los miembros de los STARS que fueran en algún momento sus amigos no hubieran muerto, incluido el Capitán Alfred Wesker con quien de vez en cuando disfrutaba una taza de café por las madrugadas en el comedor de la estación, él nunca hablaba mucho pero el solo hecho de sentarse junto a él y cruzar una que otra palabra de vez en cuando ya le confería algún tipo de complicidad con el capitán. Si tan solo… si tan solo esa entrometida no…

-¡Oye tu! ¿Eres Rick Johnson no?- Pregunto alguien justo cuando Rick cruzo la puerta que daba al salón principal de la comisaria.

-Sí, soy Rick Johnson- Respondió dubitativo el oficial ya que no pudo ver bien quien lo había reconocido ya que la comisaria estaba llena de gente por todos lados. Pero rápidamente alguien sobresalió de entre la multitud, era David Ford el sargento a cargo de la defensa de la comisaria desde el día anterior. – ¡Señor! Disculpe la tardanza, han surgido muchos imprevistos camino acá… la ciudad…- David interrumpió a Rick rápidamente, era obvio que el sargento ya sabía lo que pasaba en la ciudad.

-Está bien Rick eso ya no importa más, ahora debemos preocuparnos por estas personas, he enviado a nuestros policías a distintas áreas de la ciudad para proteger a los ciudadanos y evitar más disturbios, por otro lado las fuerzas antidisturbios y nuestras unidades especiales están esperando ordenes para contra atacar, hemos ubicado una reserva de policías cerca de del puente de la calle Euston sobre el rio Circular para el momento en que no podamos en la comisaria. Con todo no creo que seamos capases de contener lo que sea que suceda en la ciudad, los nuevos reclutas se suponen llegarían pronto no serán suficientes para lograr algo encontrar de lo que estamos luchando, aun así hemos decidido dispersar las armas entre todos los oficiales y civiles que sepan usar un arma como agentes de seguridad, ese tipo de personas- David mientras hablaba comenzó a caminar hacia la izquierda de la puerta principal de la comisaria en el lugar donde se encontraban las oficinas y la sala de prensa, desde ahí llegarían a la bodega de armas. Johnson caminaba de cerca al sargento pero no pudo evitar notar como la gran cantidad de personas se apretujaban unas a otras en el centro de información esperando respuestas a lo que sucedía en la ciudad, habían demasiadas personas dentro de la comisaria, eso sería un problema en algún momento no cabía duda. Cuando entraron en el pasillo de la sala de espera, Rick noto que había menos personas en aquel lugar, pero en vez de eso habían más policías de la reserva algunos de ellos posiblemente no saben siquiera disparar un arma, aquello era seguro, Rick vio a una mujer junto a la máquina expendedora tenía un short muy ajustado y pequeño, incluso en una situación como la que vivía la ciudad Johnson sabia tomarse el tiempo para disfrutar de los espectáculos.

-¡Oficial Johnson! No se distraiga necesito que se dirija a la bodega de armas y que ayude a los agentes a dispersar las armas, los oficiales que están en esta sala cada uno debe de tener un arma a su disposición, como también municiones, diríjase de inmediato- David no había terminado de decir eso cuando Rick ya se dirigía corriendo hacia la bodega de arma, estaba muy avergonzado debido a que lo habían descubierto mientras veía a aquella mujer, quien se percato de lo sucedido, pero ella solamente sonrió de manera lujuriosa. El oficial entro en las oficinas de investigación, lugar que parecía un manicomio ya que todos los oficiales no paraban de hablar y de lanzar papeles mientras contestaban el teléfono, solamente la oficina del sargento donde estaba una caja fuerte continuaba ordenada.

Rick llego al pasillo donde se encontró con otro oficial, Esteban quien parecía estar esperando algo junto a la puerta que daba a las escaleras de emergencia afuera de aquella sección de la comisaria, pero él tenía una escopeta, quizás no esperaba más que algún intruso que intentara entrar en la comisaria. Una vez sobre el pasillo el oficial Johnson se sorprendió que el sistema de emergencia, que activaba unas rejillas metálicas sobre las ventanas de ese piso, no estuvieran encendidas; Rick paso cerca de la caja donde se activaban las rejillas metálicas y observo los cables cortados, debían cambiarlos lo antes posible, pero por el momento el no tenía tiempo para ir a buscar un repuesto, ya alguien más se haría cargo. Al cruzar cerca de las ventanas el oficial vio la torre de radio aun destrozada fuera de la comandancia, recordó en ese momento el incidente de principios de mes donde unos supuestos desertores de las fuerzas militares de Umbrella habían llegado a la ciudad para robar secretos industriales, según lo que habían dicho las autoridades de la corporación. Rick no había tenido la oportunidad de verlos, ya que eso fue entrada la tarde y él no había entrado a su turno a esa hora, también vio los equipos dañados juntos a la torre, equipos que se habían destruido la noche anterior ante el ataque que él y sus compañeros sufrieron y pensaron que se trataba de los enfermos enloquecidos por la supuesta enfermedad, pero ahora estaba claro que eran zombis.

Johnson continuo su camino hasta llegar a las escaleras que daban a la base de la vieja biblioteca de la ciudad, ahí estaba la entrada a la bodega de armas, el estacionamiento que también funcionaba como taller para las patrullas y a las celdas de la comisaria, por otra parte se encontraban la morgue de la comisaria; un lugar que el oficial Johnson no quería visitar. Al descender por las escalenas lentamente no podía dejar de pensar en lo sereno que estaba a pesar de lo que sucedía en la ciudad, la única explicación lógica en su mente ante tal comportamiento era su sentido del deber, si él como oficial entraba en pánico los civiles seguramente armarían un gran disturbio, era muy probable que la mayoría de sus compañeros pensaran de la misma forma. Al llegar al sótano, Johnson camino lentamente por el estrecho pasillo ya que no escuchaba ningún ruido, era mejor ser precavido ya que no se sabía cuándo podría ser atacado por alguna creatura y para su suerte solo portaba aquel cuchillo no demasiado útil, como ya había comprobado.

Rick llego al pasillo principal del sótano y pudo ver la puerta de la morgue abierta, el oficial recordó que según las reglas de la comisaria: la puerta de la morgue debería permanecer siempre cerrada debido a que dentro se empleaban químicos peligrosos, además de que la morgue siempre debía estar a una temperatura constante. Rick decidió entonces cerrar la puerta de la morgue, pero al acercarse pudo escuchar unos ruidos extraños dentro de la habitación, sonaba como algunos si alguien brindara, ya que el sonido pertenecía a vasos de vidrio golpeando unos con otros. Rick tomo el pomo de la puerta para abrirla por completo e investigar, sin embargo fue interrumpido.

-¿Rick eres tú?- Una voz femenina y familiar interrumpió a Rick Johnson, era Tashira una de las oficiales del departamento de detectives, incluso su uniforme era diferente. – Rick qué bueno que te veo por acá- Dijo Tashira un tanto sombría al acercarse a Rick y tomarlo de la mano para acercarlo a la sala de armas. – Hemos estado esperando ayuda desde hace algún tiempo, seguramente te enviaron de arriba… bueno veo que tampoco tienes un arma encima, valla cosa, enserió estamos mal. El plan de David de repartir armas es acertado, si oficiales como tú están desarmados en una situación como esta debemos apresurarnos a repartir las armas- Johnson solo pudo voltear a ver la morgue antes de que lo alejaran de la puerta, pero él estaba seguro que dentro de ese lugar no había ningún patólogo o tecnólogo en disección, ya que los verdaderos encargados jamás dejarían la puerta abierta posibilitando que algún civil o un mirón espiasen a los cadáveres, así como dejar la posibilidad de que dañaran los cuerpos o alguna evidencia. Aunque debido a los acontecimientos recientes ni los forenses tomaran tan enserió las reglas.

Una vez dentro de la bodega de armas, Rick vio a tres oficiales más haciendo inventario y alistando las armas para ponerlas en circulación, con sus respectivas municiones, pero por cómo se veía alrededor, ya había esparcido gran parte de las mismas. –Rick toma la pistola que quieras de aquel anaquel- Dijo Tashira mientras ella se acerco a sus otros dos compañeros para tener listo el siguiente paquete de armas. Johnson se acerco al anaquel y vio varios tipos de armas, pero entre ellas había una que él considero ideal para la emergencia que vivía la ciudad, de 9 milímetros y con una potencia para nada despreciable, pero con una gran capacidad de carga la Zoraki 959 fue su elección, pero en el estante que estaba cerca de donde se encontraban las pistolas había algo que llamo poderosamente la atención de Johnson, era un artefacto que se utilizaban en las operaciones de rescate, un garfio portable que servía para sujetarse de superficies mientras se bajaba a rapel desde algún edificio o acantilado, aunque era pequeña, había escuchado que aquel artefacto tenía la suficiente potencia para levantar a un hombre de unos 120 kilos del suelo, suficiente para que Johnson pudiera utilizarlo. Apresurándose el oficial cargo la Zoraki y la coloco en la funda de su cinturón, pero también ato el lanza garfios a su muleca y a su brazo, a pesar de ser un poco pesado el lanza garfios protegería su brazo en caso de que alguien intentara morderlo en ese lugar, y su estructura de metal sería ideal para dar un buen golpe.

Rick estaba listo para cualquier cosa, ahora solo restaba esperar órdenes, mientras se acomodaba su gorra del RPD Tashira lo llamo.

-Por favor lleva estas armas son: dos escopetas y un fusil m16, aquí tienes sus cartuchos en esta bolsa- Dijo Tashira mientras le entregaba las armas a Johnson quien las sostenía apenas con sus brazos y Tashira le coloco el bolso con municiones en el cuello, por suerte para el oficial tenia los músculos suficientes para aguantar el peso de las armas y las municiones. – ¿Algún problema Rick?- Pregunto Tashira mientras sonreía, pero Rick negó, - Debes dejar esas armas en el estacionamiento, saliendo por el garaje encontraras a algunos oficiales que protegen la entrada a la calle principal que está cerca del estacionamiento para los civiles, ellos necesitan estas armas, por favor date prisa… no sabemos cuándo podrían atacar de nuevo- Se notaba perfectamente el tono triste en la voz de Tashira, ella es la medico del departamento y seguramente le toco ver a sus compañeros muertos a mordidas… “pobre mujer”, pensó Rick antes de asentir y salir de la bodega de armas.

Justo al estar bajo el marco de la pesada puerta de la bodega de armas, Rick escucho un ruido proveniente de la morgue… la puerta se estaba abriendo, retrocediendo rápidamente, Rick se escondió para poder ver quien salía de aquel lugar. La puerta se abrió lentamente y del umbral salió una joven mujer de cabello castaño y corto, se dio la vuelta y miro hacia ambos lados en una actitud sospechosa antes de cerrar la puerta. Al darse la vuelta Rick vio que la pequeña joven tenía en el chaleco que portaba varias marcas de sangre, las cuales sobresalían ya que su chaleco era blanco, además tenía una cruz roja y la palabra “RESCUE” dentro de la cruz roja, el conocía a esa chica… pero no recordaba quien era. La mujer se volteo de nuevo hacia el pasillo que daba al garaje y una vez más reviso que nadie la hubiera visto, luego levanto un tubo de ensayo con un liquido color morado frente a su rostro, la mujer era una joven de cara redonda y ojos celestes, casi en un tono de gris. Al estar de frente Rick reconoció ese traje blanco y verde de la mujer, aun que tenía manchas de sangre por casi todos lados, no necesitaba ver la insignia en la manga de su blusa para saber que era la nueva miembro de los STARS.

La chica comenzó a caminar lentamente por el pasillo, viendo en todas direcciones, pero al pasar casi frente a la bodega de armas Rick la sorprendió saliéndole de frente. La mujer rápidamente escondió el tubo de ensayo dentro del bolso que tenía amarrado a su cinturón. –oh! Disculpa, tengo algo de prisa- Dijo la joven haciéndose a un lado para pasar, pero Johnson no se lo permitió, ya que se interpuso en el camino. Poniendo una mirada seria y con un tono de enojo el oficial le pregunto a la chica:

-Eres Rebecca, la recluta de los STARS ¿cierto?- La joven no tuvo más opciones que asentir cabizbaja y sin mirar directamente al oficial. – Se supone que ustedes los STARS- Johnson hablaba en tono sarcástico cuando menciono STARS, –No deberían estar aquí, ya que fueron suspendidos hace ya bastante tiempo… ¿Qué hacías en la morgue?- La joven miembro de los STARS se sobresalto al escuchar que ese oficial la había visto en la morgue.

-¿La morgue? Yo no he estado ahí, además ya nos han levantado el castigo por lo que nos han llamado para combatir a los BOW´S- Rebecca actuaba de manera sospechosa, además mientras hablaba no quitaba la mano sobre su bolso que tenía en el cinturón, donde había escondido aquel extraño tubo de ensayo. –Un placer verte, si me disculpas tengo prisa- Dijo Rebecca tocando el brazo del oficial he intentando hacerlo a un lado, pero Johnson estaba muy bien plantado y ni siquiera logro moverlo.

-Me parece que te divertiste bastante allá dentro en la morgue- Dijo Johnson mientras veía el pecho de la chica que estaba lleno de manchas de sangre ya viejas. Rebecca bajo la mirada y vio su traje muy sucio, luego volteo la cabeza a un lado sin decir nada.

-Nunca lo entenderías- Dijo ella antes de darse la vuelta y dejar de espalda al oficial, ya que si no podía salir por el garaje saldría por la puerta principal. Johnson no podía sujetar a la joven ya que tenía las manos ocupadas por las armas, pero si podría continuar con su interrogatorio.

- ¿Qué es eso que has mencionado que es un BOW, que haces en la comisaria y por último y espero que respondas que es ese tubo de ensayo que llevas en ese bolso?- Rebecca se mordió el labio inferior, no podía responder a nada de eso… Ella tenía al oficial detrás suyo, no podía dejar que la descubriera, pero ¿matar a un policía que solo hacia su trabajo?, además parecía que la conocía, pero ella seguramente la había olvidado… ella ya había matado a otros más y no quería hacerlo de nuevo… Rebecca parecía no tener otra opción, dentro de la parte delantera de su chaleco tenía un puñal que usaba en caso de emergencia, rebeca se mordía cada vez más fuerte el labio con solo el hecho de pensar en lo que haría. Metiendo su mano en la parte delantera de su chaleco antibalas Rebecca comenzó a sacar lentamente el puñal, ni ella podía creer que apuñalaría a un hombre que no podía defenderse ya que tenía las manos ocupadas por las armas, si lo apuñalaba en el abdomen y giraba el puñal probablemente lo dejaría fuera de combate, si intentaba seguirla moriría indudablemente… de todas formas, seguramente lo devoraría un zombi tarde o temprano -¡No!- Grito Rebecca… y luego se quedo en silencio, Rick esperaba su respuesta, pero el grito de la joven lo sobresalto un poco, es probable que la chica estuviera muy alterada; mas no podía dejarla ir así nomas ella trama algo y no se puede ir así no más.

Rebecca se tapo la boca con la mano izquierda mientras que en la mano derecha ya sostenía su puñal desenfundado, Rebecca volteo la cabeza levemente fijando sus ojos llorosos en el oficial y con la mano izquierda tapándose la boca, Rick se sorprendió al ver aquella mirada llena de resentimientos, pero él no dio ni un paso atrás en su posición, no al dejaría escapar. La miembro de los STARS sostenía firmemente el cuchillo sin que le temblara la mano, no era la primera vez… no era la primera vez… uno más no cambiaria las cosas, ella lo hace por una buena causa… es solo uno más… Rebecca no podía siquiera aceptar que ella una medico, alguien que fue entrenado para salvarle la vida a las personas pensara en matar de nuevo a alguien que no estuviera infectado, por otro lado debía hacerlo, ya no podía perder más tiempo en aquel lugar.

En el instante en que Rebecca iba a asestar la estocada al Johnson, Tashira interrumpió la incómoda situación. – ¡Rick aun estas ahí corre al estacionamiento, nos urge poner a circular estas armas!- Rick estaba de frente a la puerta de la armería y se había olvidado de su encomienda. Volteándose hacia Tashira Johnson se disculpo con ella, pero dejo un espacio para que la Rebecca escapara. Ella agradecida por no tener que matar al oficial no perdió tiempo y se escurrió detrás del oficial. – ¡Espera detente!- Grito Johnson quien comenzó a correr en dirección al garaje detrás de Rebecca, Tashira no entendía nada de lo que hacía Johnson, pero al menos ya estaba en camino.

Rick Johnson corría tras la miembro de los STARS por el estrecho pasillo y la siguió hasta el garaje, la mujer se detuvo un momento y vio en todas direcciones buscando la salida más directa a la calle, por suerte para ella la puerta del garaje estaba abierta, por policías estaban montando una barricada pequeña y esperando las armas. En la barricada habían colocado algunas vallas pequeñas y cajas de madera, así como algunas tablas, había un pequeño espacio para escabullirse debajo de una de las vallas. Johnson siguió de cerca a la mujer, pero las armas le incomodaban mucho, sin embargo no podía tirarlas ya que podían dispararse y lastimar a alguien o incluso a él mismo. Rebecca paso junto a 5 sorprendidos oficiales quienes estaban moviendo unas cajas y montando guardia, la chica paso a gran velocidad y de barrio de costado izquierdo debajo de la barricada, para de esa manera no romper el tubo de ensayo o activar su arma que tenía en una funda del lado derecho. Una vez del otro lado, la mujer se detuvo y volteo a ver hacia atrás, aun tenía en su mano el puñal.

Cuando la mujer se dio la vuelta, Rick vio el puñal en su mano… ella quería matarlo en aquel momento… -¡Maldita perr… te atrapare, aunque la ciudad este en estas condiciones la ley se cumplirá!- Rebecca giro de prisa y empezó a escapar sobre la calle principal. Rick repartió las armas rápidamente, cuando se disponía a saltar algo lo distrajo.

-¡Miren eso!- Detrás de todos ellos, sobre el muro de la comisaria habían dos extraños seres, parecían humanos… pero en vez de manos y pies sus extremidades terminaban en garras enormes y estaban desnudos, además tenían sus cuerpos delgados, en lo que parecía ser carne viva, como si hubieran sido despellejados y aun se podía ver algún tipo de liquido recubriéndolos. Al ver la cabeza de aquellos seres los oficiales vieron que tenían el cerebro expuesto, justo en ese momento los seres voltearon hacia los oficiales mostrando sus enormes colmillos y dientes afilados, como si fuera poco del interior de sus bocas salió una anormalmente gran lengua llena de saliva muy espesa… Casi en ese mismo instante un chillido espeluznante fue lanzado por aquellas creaturas y estas se tiraron encima de uno de los oficiales. Rick volteo su atención a la miembro de los STARS correr sobre la calle principal Warren St., sin embargo no podía abandonar a sus compañeros. Al ver de nuevo al policía sobre el que habían saltado solo pudo ver como la cabeza del oficial caía y desde atrás del cuerpo que se desplomaba rápidamente expidiendo enormes cantidades de sangre desde su cuello, emergieron aquellas dos creaturas lanzando lengüetazos como si fueran piquetes de una lanza…

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