sábado, 15 de octubre de 2011

Capitulo 2 Biohazard Der Mond Satans

Capitulo 2

Correr por tu vida es lo único que vale en este lugar; ¿pero que pasa cuando no puedes correr?... - Resiste Flavia escaparemos – Decía Florr jadeando, cuando aferraba sobre sus hombros el peso de Flavia al alejarse de aquel lugar donde había sido atacados, ellas y sus demás compañeros de equipo. La tarde comenzaba a llegar y posar el rojo sangre del ocaso sobre las cabezas de los sobrevivientes que hasta el momento no se imaginaban que el infierno apenas estaba por comenzar.

- Florr, ¿Qué ha sucedido?- Pregunto Flavia quien se tocaba la frente con su brazo derecho, mientras que con el izquierdo se aferraba a su amiga Florr.

-Todos han muerto, solo quedamos nosotras del equipo original Flavia, fue horrible- Florr no podía creer lo que había pasado hace apenas unos minutos atrás, cuando frente a sus ojos y debido a su impotencia no pudo ayudar a sus camaradas quienes murieron uno por uno. Flavia no entendía bien lo que su amiga le decía, no sabía si era por el dolor en su cabeza o simplemente porque aquello le resultaba irreal. No solamente el que todos hubieran muerto, sino el que existiera un monstruo con aquellas proporciones, era como una pesadilla.

-Florr no puede ser posible que lo que me digas sea cierto, simplemente me niego a creerlo- Flavia decía aquellas palabras mientras continuaba su camino junto con su compañera. Florr vio un callejón que se veía a la izquierda entre unas tiendas y decidió entrar junto con Flavia, una vez dentro del callejón, Florr coloco a Flavia detrás de un contenedor de basura de tal manera que si alguien cruzara frente al callejón no las viera a menos que entrase en el. Flor luego de dejar a Flavia en el suelo dio un último vistazo hacia afuera del callejón y hacia adentro asegurándose que nadie viniera, aquel callejón se veía seguro, tenía las ventanas a unos dos metros del nivel de la calle, con rejas y una puerta bloqueaba el paso hacia el interior, mas Florr no había reparado en revisar si esta estaba cerrada, simplemente se sentó junto su amiga y poso su cabeza en el hombro de Flavia.

-No te miento Flavia, sería incapaz de hacerte eso… nada de lo que recuerdas fue mentira… todos están muertos…- Flavia escuchaba las palabras de Florr, pero con mucho escepticismo. Las compañeras recordaron los instantes trágicos en los cuales fueron atacados por aquella creatura, pero aun así Flavia no se podía creer tal cosa, debía ser una broma de mal gusto por lo que irracionalmente entro en un estado de ira y se volteo a Florr, se desquitaría con ella, pero al ver la cara de su compañera se percato de que esta estaba llorando sobre su hombro con la mirada perdida viendo hacia la pared sucia y llena de carteles que tenían de frente. AL ver el estado de su compañera Flavia no tuvo más opción de considerar la situación actual, aunque no quería, debía ser comprensiva con su compañera.

Con sus manos suavemente Flavia tomo cal cabeza de Florr y la poso sobre sus piernas que estaban recogidas y cuando estaba ella recostada sobre las piernas de su compañera, Flor desvió su mirada hacia Flavia quien tenía una mirada tierna y una expresión cálida como la de una madre. Flavia seco las manos de Florr con un dedo índice.

-Tranquilízate Florr yo aun estoy contigo, no debemos olvidar porque estamos en esta ciudad, si fuimos enviados es para proteger a los ciudadanos. A pesar de ser las únicas dos con vida, tenemos nuestras armas y con ellas defendernos nuestras vidas y las de todas aquellas personas que nos necesiten, es por ese motivo que tenemos que llegar a ST Michael y protegerla- Las palabras de Flavia calaban en el corazón herido de Florr, además de sus caricias en el rostro de la joven novata que la reconfortaban aun más. Entonces Florr sintió como las uñas de Flavia raspaban su piel y quitaban algo de su rostro.

-¿Qué tengo?- pregunto Florr sin dejar de ver hacia los ojos de Flavia.

-Tienes sangre seca en el rostro- Luego de decir eso Flavia lanzo una pequeña risa, en ese preciso momento la luz de la farola sobre ellas se encendió. – La noche se acerca Florr, debemos intentar llegar a St. Michael lo antes posible, sino podríamos ser atacadas por aquella cosa o por algo peor- Florr se despego del regazo de Flavia, al abandonarlo sentir como se apartaba de la seguridad que había sentido antes y ahora estaba de nuevo sumida en aquella terrible realidad, Florr no dijo nada más, pero ante de levantarse dio una rápida mirada a Flavia quien estaba a su espalda, luego de eso Florr se levanto y tomo su rifle del suelo para después ayudar a Flavia a levantarse, quien parecía ya no tener ningún problema.

- De ahora en adelante harás todo lo que yo te diga, ¿estás de acuerdo Florr, no vas a decepcionarme cierto?- Florr asintió aunque no estaba muy segura del acuerdo que estaba haciendo, Flavia no la decepcionaría…

……

-La vida avanza tanto como la esperanza que tengamos en vivirla, aunque la noche se vuelva más oscura siempre existirá el sentido que nos permita avanzar a través de esta, esa es nuestra única oportunidad de vivir, que no se te olvide Rebecca- Aquellas palabras habían calado en el alma de la joven novata quien no podía dejarse morir si bien parecía que ese el destino que se le había otorgado en la ciudad de Raccoon, pero fue entonces que lo conoció a él y por él sobreviviría, no estaba sola tenía que vivir para encontrarse con sus compañeros una vez más..

…….

Setiembre 26 de 1998, 2:30 pm.

Las olas del mar golpeaban la playa en un día de verano como cualquiera, con un atardecer esplendoroso y hermosos, el sol brillaba en un tono rojo sangre que le daba una perturbadora, mas encantadora apariencia. Cuando de pronto el grito de una mujer, mi esposa me desgarro el alama desde aquel momento.

-¡Tommy! ¡Tommy! ¡Hijo levantarte por favor! ¡Respira hijo!- Gritaba mi esposa desconsolada, cuando me acerque a él lo vi en ese tono morado e inconsciente en mis brazos, mientras mi esposa me pedida que lo salvara, que era mi deber como padre y como policía… Tommy… no mueras, por favor Tommy, no me dejes solo… hijoooo…. Aun puedo escuchar los gritos de dolor que daba mi esposa, tal como aquel día, tan desgarradores como siempre…

En aquel momento el agente Rick Johnson del Departamento de Policía de la Ciudad de Raccoon despertó de golpe. – Un momento, eso no fue un sueño… esos gritos son reales- Así era, a su alrededor lo único que podía escuchar eran gritos y casi de inmediato se percato de aquel olor, ¡humo! -¿Qué está pasando, qué hora es? Rick muy desconcertado salto de su cama y hacia todas las direcciones mientras buscaba sus cosas y el reloj. Eran las 2:30 pm, hacia horas que debía haber llegado a la comisaria, pero se había quedado dormido, el día anterior había trabajado hasta bien entrada la noche cuando comenzaron a levantar la barricada en las puertas después de que la noche anterior justo cuando terminaba su guardia en la madrugada del ese mismo día la comandancia de policía fue atacada de sorpresa por aquellas creaturas, zombis, como sacados de una mala cinta de terror las creaturas se abalanzaron no solamente sobre las personas, sino también contra todo tipo de ser viviente en la ciudad, por doquier los equipos de emergencia salieron al encuentro de los indeseables nuevos huéspedes de la ciudad, que atacaron en una gran magnitud y sin previo aviso ante el asombro como la impotencia de la misma estación de policías que rápidamente acabo hiriendo y matando mucho de los compañeros de toda una vida de Rick.

Incluso el equipo de comunicaciones del cual recientemente se había restablecido después de que en los primeros días de ese mismo mes de setiembre, un grupo de paramilitares de Umbrella irrumpiera y destruyera la torre de comunicaciones, con ella un segmento del edificio de la vieja biblioteca. Este equipo fue dañado la madrugada anterior por lo que nos hemos visto incomunicados, la única oportunidad fue la comunicación establecida con las autoridad de Umbrella, para que se encargaran de que el gobierno tanto los altos miembros de la corporación sepan de la situación que se gesta en estos mismos instantes en la ciudad… Anoche las ordenes que recibimos de parte del jefe fue la de dispersar las armas para tenerlas en acceso y que si la sala de armas fuera tomada no nos viéramos en problemas, si eso es así debo llegar a la comisaria de inmediato.

Por suerte para Rick, él vivía zona residencial cerca de la estación de policías, Rick tomo rápidamente su chaqueta, aun podía escuchar los gritos, aun tenia puesto su uniforme desde el día anterior, pero no sabía dónde estaba su arma, sería mejor no entretenerse en la estación conseguiría alguna, pero quizás la situación ya estuviese bajo control. Johnson estaba a punto de salir de su apartamento, cuando casi olvida sus llaves y su llavero de la suerte, una vieja bala de rifle que le había regalado su padre. Rick lo tomo rápidamente lo revoleo sobre su dedo índice y corrió hacia la puerta no sin antes acomodarse su palca sobre su cuello atada como un colgante y se coloco su gorra del RPD. Al salir Rick vio hacia la derecha del pasillo en el piso de su apartamento y confirmo sus sospechas estaba en llamas, pero al ver a su izquierda cerca de las escales para bajar al lobby vio a su amiga Vanessa y esta estaba gritando con desesperación ya que era atacada por un extraño hombre, no, un zombi y le estaba mordiendo el pecho y los hombros.

-¡Resiste Vanessa aquí voy!- Grito Rick, pero antes de recorrer los 4 metros que los separaban Vanessa perdió el equilibrio y debido al frenético ataque del zombi quien la devoraba vivía, ambos cayeron por la ventana que estaba en la pared contigua a las escaleras del 3 piso, donde se encontraba el apartamento de Rick y Vanessa, pero ya era demasiado tarde Vanessa y el zombi cayeron despedazando las cabezas de ambos, Rick asomo para ver a su compañera, pero lo que vio no fueron solo dos cadáveres sino una ciudad sumida en caos y destrucción, fuego y gente siendo atacada frente a él y otros más robando mientras algunos disparaban a aquellas creaturas, las patrullas iban de un lado para otros. La situación parecía irreal por lo que Rick debía apresurarse a llegar a la comandancia de policías, algo grave estaba pasando en la ciudad y la comisaria debía seguro de estar peor.

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